Tú eres viejoven. El término, llevado a los altares del universo youtube por Ojete Calor -máximos exponentes del subnopop nacional- encuentra su analogía política en Podemos. El grupo de profesores universitarios e intelectuales sin experiencia en la política activa, que amenazaban con patear el tablero y tomar el cielo por asalto. Casi nadie los tomaba en serio, sino más bien con el desdén de los adultos hacia el adolescente rebelde que pone la música a toda leche en su habitación, como síntoma de enfado con un mundo que no le gusta. Pero contra todo pronóstico, el joven inmaduro anticapitalista comienza a liarla en las redes, sabe usarlas bien, y conecta con la indignación que hibernaba tras el 15-M. Sin apenas presupuesto, el muchacho se niega a pedir dinero a sus padres, porque quiere infectar el sistema, entrando por la puerta trasera, y reventarlo desde dentro. De repente, los mayores empiezan a preocuparse. Parece que este chico va en serio. No sabe lo que hace. Se desmoronará pronto y acabará largándose con los colegas, a ahogar sus ideales en unas cuantas litronas.
Los círculos aumentan y el virus se extiende por todo el territorio. El joven se siente cada vez más fuerte, a medida que rompe todos los récords de velocidad en armar una alternativa de gobierno. A los mayores les entra miedo, sospechan de sus vínculos con otros jóvenes locos que mal gobiernan Venezuela a base de populismo. Se avecina el caos. Hay que recurrir a los antiguos. Éstos nos hunden. El país catalán, el vasco. Igual que en Escocia. El adolescente está subido a la parra de la gloria y se permite el lujo de reventar un posible gobierno del PSOE y unos meses más tarde, variar su discurso tres veces en un mismo día. Desayuna siendo neocomunista 4.0, almuerza dejando a un lado el referéndum soberanista y disfruta de una opípara cena como si fuera un consumado socialdemócrata. En medio de una juerga, su magnetismo atrae a los jóvenes de Izquierda Unida, que ven en esa conjugación la fuerza arrolladora que los lanzará al estrellato, a costa del hundimiento del socialismo de la transición.
Oh! Algo extraño ha ocurrido. El joven se levanta con resaca, sale de la habitación y recorre a tientas el oscuro pasillo que le lleva hasta el baño. Enciende la luz y, al ver su cara en el espejo, se queda petrificado. Sus ojos se niegan a aceptar la realidad. Las arrugas surcan la frente llena de granos. Le ha salido algo de tripa y la musculatura flojea. De fondo suena la hilarante matraquilla del subnopop. Tú eres viejoven.
Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el 07/07/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/07/07/envejece/687468.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario