Se acercó por Canarias el orondo candidato del PePé a las europeas para despacharnos con un contundente "se acabaron los recortes" al estilo ponme una de papas bravas, rematando la faena con el rompedor "seguimos en el estado de bienestar" y una caña hombre.
Estas declaraciones, que ya no sorprenden a nadie, confirman las pocas ganas que debe tener el ex ministro de contactar con los miles de votantes que dudan entre irse al monte o a la playa mientras en los colegios electorales discurren las aburridas horas en un domingo rebosante de urnas solemnes y vacías.
Pareciera que al experimentado político y titular habitual de las carteras de agricultura, pesca y medio ambiente, le bastase con la escueta victoria que le otorgan los sondeos, que es muy cansado eso de estar dando tantos mítines sin mayor interés que el de cubrir el expediente. Así que, como dice este experto burócrata –además de empresario y amigo de Rajoy– deberíamos agradecer lo poco que hay de bueno, en vez de quejarnos por lo malo, porque si el paro baja y lo seguirá haciendo sin ninguna duda, entonces hay que estar contentos y vamos a comer a un buen restaurante que se me hace tarde.
Con la actitud de sobrado que mostró nada más aterrizar, una suerte de Papá Noel encorbatado, sonrosado y bonachón, convencido de que nos estaba dando lecciones, podemos certificar la ruptura definitiva ocurrida entre la oligarquía política y el resto de los mortales. Pensaría que su gesto enérgico era suficiente para alejar los temores tras explicarnos que la culpa del despilfarro es exclusiva de los que gobiernan aquí, y que necesitamos un REF transparente y eficaz, porque él sabe mucho de esto y de aquello, y que tampoco hacia falta entrar en más detalles. Lo del petróleo ya lo hablaremos otro día, porque tengo que irme corriendo a un acto del partido y luego a cenar.
Miguel Arias Cañete representa como pocos la rigidez de una casta de dirigentes trasnochados cuya adherencia al poder resulta tan natural como la de las lapas a la roca que las sustenta, y ya puede batir el mar con todas sus fuerzas que no se despegan nunca. Solo si aplicas un instrumento adecuado conseguirás arrancarlas del ostracismo auto satisfecho en el que viven, y aún así continuarán regodeándose en las gelatinosas mieles del éxito impune.
Hace unos días, en una feliz iniciativa de la sociedad de desarrollo, algunos bares de la rambla ofrecían caña y tapa, dentro de las actividades de dinamización. Lástima que se lo perdiera, con lo que le hubiese gustado adoctrinar al pueblo mezclando la lucidez de los pinchos con el desparpajo de los vapores etílicos. Pura gastronomía política. Y que viva España coño!.
Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife el 12/05/2014
http://www.laopinion.es/opinion/2014/05/12/canete-tapa/541625.html
Con qué facilidad nos desmovilizan. Hace poco escuché a alguien decir que había más gente en la inauguración de Primark que en la celebración del 1 de mayo. Los propios políticos se encargan de desmotivarnos. Entre todos la mataron y ella sola se murió.
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