En una sociedad laica, los cargos políticos no son los representantes de ninguna religión, ni siquiera de la católica. Sin embargo, con independencia de sus propias creencias, participan sin distinción en las abundantes manifestaciones del culto, pero no lo hacen a nivel personal sino de forma oficial, convirtiendo cualquier celebración cristiana en un acto institucional. Cabría preguntarse si, en términos jurídicos, están incumpliendo la ley con reiteración histórica. Desde un punto de vista ético, su actuación es deplorable.
Foto "prestada" de la web de eldigitaldeCanarias.net
Al ver la foto de familia de la comitiva presente en la canonización de José de Anchieta, cuya vida y obra es y seguirá siendo desconocida por la inmensa mayoría de los que fueron a Roma, uno piensa que estos servidores públicos abandonaron sus puestos de trabajo desatendiendo el mandato ciudadano, para ver al Papa Francisco de cerca y sentirse dichosos porque, al fin y al cabo, ellos se lo pueden permitir. Lo que ya no esta tan claro es que luego, al regreso, tengan que recibir nuestras bendiciones, tras perpetrar la vileza de obligarnos a ser los espectadores pasivos de una degradación moral manifiesta.
Por lo visto, el pontífice le pidió al alcalde lagunero, entre lisonjas y reverencias, que nos trajera el mensaje de que rezáramos todos por él. Milagro. Creo que acabo de ver la luz, así que me declaro un ferviente entusiasta de este ruego papal y, desde mi humilde ignorancia, propongo celebrar una plegaria masiva en la plaza del Cristo, que incluya un discurso de Paulino y como es una fiesta de congregación, otro de Soria; después el Ave María interpretado por Chago Melián, y de propina, la voz maravillosa del único ser ubicuo capaz de aparecerse en varios escenarios al mismo tiempo, el gran Pepe Benavente. Ya imagino una gran concentración de almas desbordando las previsiones. Se podrían vender estampitas, banderines y figuritas del Padre Anchieta, que la fe siempre se ha llevado muy bien con el merchandising.
Este verano me llevo a mi mujer y a los niños de vacaciones a Roma y cuando estemos en el Vaticano, pediré audiencia para expresarle en persona al jefe Paco, lo felices que nos sentimos en Canarias después de la visita que le rindieron nuestros honorables administradores, que gracias a ellos todo ha cambiado a mejor, que ya hay menos paro y que los pobres sonríen porque la esperanza ha entrado en sus corazones como un viento celestial. Lleváremos las camisetas con el logotipo de Anchieta, a partir de ahora, nuestro santo más universal. Aleluya.
Artículo publicado en el Diario La Opinión de Tenerife el 01/05/2014.
http://www.laopinion.es/opinion/2014/05/01/vacaciones-roma/539670.html
Habemus sanctum!
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