22/9/16

La dormidera en funciones

Adormirse es la mejor opción dadas las circunstancias. En este mundo productor de una cantidad insoportable de ruido, los opiáceos que nos adormecen a ratos, entre el sueño de un partido de fútbol que nunca termina y la actualidad más rabiosa, vía Gran Hermano o Sálvame, ayudan a sobrevivir en la emoción del instante perpetuo. Y es que, detenerse a pensar un momento, no es aconsejable para la salud del presente continuo. Nos tragamos un reportaje sobre el drama gravísimo de los refugiados bajo el título "Europa no contesta" y, acto seguido, zapeamos alternando la última de Bruce Willis con algún vertiginoso debate de todólogos en acción. Pareciera que nadie se toma a nadie en serio.

El planeta entero es un entretenimiento patrocinado. En la era de la revolución tecnológica, usamos internet y colgamos nuestra privacidad en la nube, pero andamos más aislados que nunca, metidos en cajas de seguridad provistas de cámaras que vigilan nuestro índice de pánico. Los edificios son cajones de cemento y metal que, a veces, dejan pasar la luz, si bien se reservan en derecho de admisión porque hay luces que ofenden, que incomodan o que, simplemente, no interesa que veamos. Nos hemos convertido en singulares cajitas individuales encerradas en el rectángulo de un móvil, perfiles alienados que enloquecen intentando gestionar toneladas de material inservible. En la cultura del espectáculo, lo que mola es hacerte viral, ser influencer, o marcar tendencias, engrosando la lista de trending topics, aunque da exactamente igual si estás petando las redes tras haber matado a tu mujer, o por haber ganado una medalla olímpica. Las audiencias consumen, sin preocuparse ni establecer demasiadas diferencias entre Bárcenas o el Brexit. El impacto de la foto del niño desnutrido se diluye en la redundante goleada del barça, gran equipo, que luce la publicidad de Qatar Airways, imagen y marca de un estado — digámoslo suavemente — poco democrático.

Ante tal panorama, no es de extrañar que sigamos con un gobierno de corrupción en funciones. Me pregunto si existe algo o alguien que no se sienta en fuera de juego, como mínimo, una vez  al día. Al menos, después del especial con las aventuras del Pequeño Nicolás, dan un documental sobre la naturaleza salvaje. Del asombro a la adormidera se puede pasar con un simple click.



Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el 22/09/2016


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