15/2/15

Por fin hemos descubierto que los de Podemos Monedero en particular– son seres humanos imperfectos, capaces de ocultar ingresos a la Hacienda Pública. Ésta es una muy buena noticia porque los sitúa en igualdad de condiciones frente al resto de los mortales. Si alguien pensaba que constituían un grupo de cándidos profesores, practicantes del virtuosismo contemplativo, alérgicos a la mentira o inmunes a las tentaciones de la carne o del dinero, ya ha experimentado la tremenda frustración que llega tras un confiado exceso de expectativas.
Si nos consideramos una sociedad adulta, tendríamos que saber interpretar el paralelismo entre el crecimiento espectacular en la intención de voto y la campaña del miedo orquestada, contra una formación política inexistente hasta hace un año. El Partido Popular, al que cada vez se le nota más el nerviosismo, no escatima esfuerzos en utilizar todos los resortes del Estado para minar a esos peligrosos populistas que amenazan con derrumbar el sistema y llevarnos al caos. Igual no se han dado cuenta de que a la gente no le resulta atractivo un orden económico en el que las élites esconden cantidades ingentes de dinero en bancos suizos, mientras aumenta la desigualdad, así que hay ganas de cambio, incluso por encima de los pecados cometidos por los podemitas inquisidores de la llamada casta.
"El Roto"
En realidad, a la nueva y extensa mayoría social no le importa tanto que los que vengan lleguen a convertirse en lo mismo que dicen detestar, con tal de echar a los que están. Demasiados recortes han afectado gravemente a la clase media desmoralizada y conducida a la precariedad, al tiempo que se rescataba a la banca, protegiendo los intereses de las oligarquías. Vivimos en un país donde hay que reconocer la corrupción como algo inherente al funcionamiento habitual en el que nos desenvolvemos. La costumbre de protestar es directamente proporcional a la facilidad con la que trabajamos en b o repetimos acciones fraudulentas con la excusa de que los peces gordos también lo hacen.
La verdadera conciencia social comienza por el respeto a lo público, a los demás y a uno mismo, y hasta que eso no se cumpla, los monederos suizos continuarán llenándose con hipócritas, relucientes y falsas promesas.

Artículo publicado en el Diario "La Opinión" de Tenerife, el 15/02/2015
http://www.laopinion.es/opinion/2015/02/15/monedero-suizo/590777.html

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