16/6/17

El ocaso de los partidos

En Francia, Macron ha nombrado ministros a especialistas con experiencia en sus respectivas áreas, con la novedad de que pertenecen a cinco formaciones políticas distintas. El nuevo Presidente francés representa un movimiento casi de salvación nacional, ante la amenaza del populismo, en medio de un proceso de descomposición que se extiende por todo occidente. La reacción del electorado francés es la punta de lanza que evidencia la incapacidad del sistema de partidos para gestionar la actual realidad, social y económica. La tiranía del individuo rechaza la intermediación, hasta hace poco, la única e indispensable vía para cubrir sus necesidades y colmar sus deseos. Esta transformación radical nos afecta, desde el acceso fácil y gratuito al conocimiento, hasta el profundo cambio del negocio bancario; desde la oferta de un producto o servicio, a la demanda objetiva que encuentra el cauce directo para satisfacernos de forma inmediata y personalizada.

La paulatina desaparición de muchas profesiones, no excluye al político profesional, tal y como lo concebimos. Las habituales liturgias en los Parlamentos, son un juego de poder entre las élites de organizaciones monocolor, cuya rigidez estructural las hace ajenas a un mundo que ha hecho, de la volatilidad, una constante. De igual modo le sucede a la Universidad y a muchos sectores tradicionales. Tanto el sistema político como el educativo, han quedado obsoletos, permaneciendo en el pasado de un esquema mental que solo sabe reproducirse a sí mismo. Algo idéntico ocurre en el sector hostelero, el del taxi, el de cualquier comercio, o el de la distribución, que no encuentran el modo de sobrevivir, inventando soluciones que nunca encajarán en su modelo, por mucha imaginación que le echen. Identificar esta complejidad y crear las herramientas necesarias para descifrarla, es una tarea que deben acometer los jóvenes menores de treinta años. La forma que podría adoptar la política, si es que tal concepto sigue existiendo, dependerá de la manera en que nos relacionemos como sujetos hiper conectados a la mega nación de internet.

Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el jueves 15/06/2017


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