Continúa resultando asombroso constatar el afán de los políticos por dejarse ver y que parezca que los quieren de verdad. La gente, en general, los desprecia en silencio, o los critica en público, para luego volver a votar a los mismos que insinúa odiar. Es curioso observar las miradas cargadas de sarcasmo y el lenguaje irónico que manejan los empresarios, mientras escuchan hablar a Clavijo, a los postres de una fraternal comida. Por supuesto, casi ninguno cree en la capacidad del actual presidente del gobierno canario, pero por si acaso, al final se intercambian comentarios condescendientes respecto a un discurso mejor hilvanado de lo que cabría esperar, el conocimiento de los temas y ese déjame entrar así de suave que tiene el joven aprendiz de Ani Oramas. Es cierto, Coalición va muy mal, pero eso ya lo sabíamos desde antes de Paulino, así que ahora toca arremangarse y continuar yendo y viniendo, regalándole el oído a la audiencia de cada isla, escuchando sus quejas acompasadas, sus llantinas apasionadas, sus risas nerviosas; todo sea por atender las reclamaciones sobre lo que les dan a los demás y a nosotros menos. Pero después, porque será que esa especie de corporativismo insularista desaparece de repente, como la niebla de Los Rodeos, justo después de la visita presidencial, para volver a las desasosegantes peleas locales, tan calurosamente interiorizadas por nuestros espíritus desconfiados.
En el fondo, tenemos un problema generacional. La mayoría de las personas mayores de 60 años no entienden nada de lo que está ocurriendo en España y en el canario mundo, con lo que tienden a tragarse las mentiras que se repiten, aún sin creer en ellas. Cerrar los ojos con fuerza y huir hacia adelante, es más cómodo que reconocer y aceptar los cambios que anuncian los que nacieron más cerca del siglo XXI, y que en muchos aspectos son mejores que sus padres y no digamos que sus abuelos. Sí, mejores, más formados e informados, y mucho más dispuestos a gestionar una sociedad radicalmente distinta. Dentro de poco, las mochilas universitarias obtendrán un tiempo de poder cierto, más acorde con otra forma de pensar y mucho menos cansado de sí mismo.
Artículo publicado en la edición digital del diario La Opinión de Tenerife, el 16/06/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/06/16/viaje-parte/682366.html
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