20/11/13

Bienvenido Mr. Brufau

Le damos la bienvenida a estas islas que, a partir de ahora, son su casa en el mar con siete puertas, como cantó Pedro Guerra. Estamos muy orgullosos de su visita y permítanos expresarle nuestra gratitud por tener la generosidad de explicarnos todo, sin esperar nada a cambio. Respecto a las declaraciones del Presidente Paulino, no se preocupe usted por eso, no le haga caso, es que el hombre siente mucho esta tierra y desde siempre se ha caracterizado por su ecologismo, no crea que el se mueve por intereses políticos o personales, que va, es que se preocupa demasiado por el bienestar de sus paisanos, y esos sentimientos de amor hacia lo nuestro hacen que se confunda y no distinga bien entre los regalos sinceros como el que usted nos trae y los caballos de Troya que pueblan la imaginación de nuestro noble líder, que a veces se sofoca como si el archipiélago fuera una finca de su propiedad que debe proteger de los extraños.

Sabemos de sus buenas intenciones y somos conscientes de la gran suerte que supone el que nos hayan elegido a nosotros, pobres ignorantes, que seguíamos creyendo en ese cuento de las energías limpias que se obtienen del viento o del sol, cuando está demostrado que aquí no son viables, igual que la agricultura, un sector acabado que no sabe competir con las importaciones.

Queríamos tranquilizarle respecto a la reacción de los Cabildos de Fuerteventura y Lanzarote, y le rogamos que comprenda sus temores pues son fruto de la desinformación; ellos necesitan un tiempo para darse cuenta de que les ha tocado la lotería, porque miles de personas encontrarán trabajo gracias a ustedes. Le sugerimos que, para suavizar el ambiente, ofrezca su patrocinio a los equipos representativos de fútbol y baloncesto, y no estaría de más que escogiesen a alguna joven belleza canaria como aspirante a reina del carnaval en representación de Repsol.

Aprovechamos para plantearle algunas ideas que se nos han ocurrido, con el objetivo de compatibilizar la industria turística que es muy sensible a las campañas de publicidad. El cliente viene a buscar sensaciones, experiencias como se dice ahora, y no estaría mal que aprovechásemos para fortalecer el atractivo de nuestros paisajes y ofrecer un producto diferenciado, el Rep&Sun, incluyendo visitas guiadas a la plataforma. Nuestra amplia experiencia en el sector nos permite conocer de primera mano el grado de satisfacción del turista y estamos convencidos de que si, por ejemplo, ustedes pintan todo el perímetro exterior con colores alegres, la respuesta sería muy positiva, igual que ocurrió con la actuación en los tanques de la refinería de Santa Cruz, cuyo impacto visual quedó dulcificado tras la decoración cromática. Otra alternativa que les ofrecemos es la de construir una estructura formada por espejos, de esos que deforman las caras y los cuerpos, de tal modo que si algún autóctono desconfiado se acerca, se vea reflejado y huya al descubrir su propia imagen transfigurada por el espejo repsoliano, y es que en estas circunstancias nuestro pueblo se encuentra con un grave problema de identidad, aunque podemos contar con nuestro flamante ministro de industria canario, José Manuel RepSoria, que nunca piensa en sí mismo sino en llevarnos por el camino recto del progreso económico.
Muchas gracias y la próxima vez avísenos de su llegada con antelación para prepararle un buen escaldón de gofio, un producto que fue la base de nuestra alimentación, vaya coincidencia, nos dio de comer igual que lo va a hacer el petróleo. Oiga, señor Brufau, otra posibilidad interesante podría ser la creación de una nueva marca, mire que reclamo: Gofio negro, tan crudo, tan bueno.
Artículo publicado en el Diario "La Opinión" de Tenerife el 20/11/2013


10/11/13

Cambiar la realidad

Hace diez años la economía española crecía un 2,4% y la demanda interna aumentaba en 3,4 puntos respecto al año anterior, las exportaciones disminuían pero el consumo privado escalaba un 3% debido al aumento del empleo. La construcción seguía liderando la creación de puestos de trabajo junto con el sector servicios. En 2003 el PIB registró un crecimiento del 6,7%, y aunque la situación financiera empeoraba y en consecuencia habría que pagar más intereses por la deuda, nadie hablaba de ello, pues vivíamos sin mirar las cifras, ajenos a un futuro inesperado, solo una década transcurrida para que aquella confianza se tornase en descrédito, el "milagro español" que refrendaba la definitiva europezación del país quedaba desenmascarado por una crisis sistémica de proporciones globales que destapó las vergüenzas del sistema financiero y que, en paralelo, ha puesto en cuestión la legitimidad de las élites políticas y económicas que son percibidas por la ciudadanía como meros instrumentos del verdadero poder, el mercado, que usurpa los valores democráticos desautorizando la soberanía de los estados.
Lo peor de este desengaño masivo no es solo la urgente necesidad de renovación generacional en las instituciones, sino el penoso estado de ánimo en el que nos encontramos, porque estamos cayendo en la tentación de denostar todo lo que huela a política o tenga alguna relación con ella, cuando justo es el momento de hacer todo lo contrario, es decir, debemos participar más que nunca en esa realidad que detestamos si queremos regenerar la democracia. Hay muchas personas trabajando en proyectos solidarios, profesionales y docentes mal remunerados que desempeñan una gran labor, emprendedores ideando nuevos modelos de negocio, plataformas ciudadanas que luchan contra flagrantes injusticias; actos espontáneos que surgen desde el ámbito local, donde existen, aunque parezca mentira, algunos servidores de lo público que se esfuerzan en luchar por el interés general a pesar de las dificultades.
Si no creemos en nuestra capacidad para transformar, entonces es que ya lo hemos dado todo por perdido. Ha llegado el momento de poner la creatividad de las personas por encima de las viejas estructuras, nos encontramos ante una gran oportunidad para que aparezca lo mejor del ser humano, porque de lo contrario alimentaremos la semilla del fascismo, que se aprovechará de nuestra triste indiferencia animándonos a romper la vajilla para, acto seguido, presentarnos otra nueva hecha de odio e intolerancia.
Nunca vamos a derrotar al pesimismo desde la pasividad, ni desde el lamento inútil y si ocurre que ninguna opción ideológica nos convence, demos un paso al frente y pensemos en cómo podemos influir sobre nuestro entorno más cercano y ganar en representatividad y liderazgo. Todavía estamos a tiempo de generar las bases para la creación de otro tipo de sociedad, porque no sirve de nada seguir resistiéndonos a la certeza de que aquel pasado en el que todo nos parecía bien, ya no volverá. Construyamos un futuro alternativo entre todos, no podemos esperar sentados a que el sistema se decida a cambiar. Estamos obligados a hacerlo nosotros, desde abajo. 

Artículo publicado en el Diario La Opinión el 10/11/2013
http://www.laopinion.es/opinion/2013/11/10/cambiar-realidad/508932.html