27/2/16

Truman

"Cada uno muere como puede". La frase pronunciada por ese grandísimo actor que es Ricardo Darín, podría servir como colofón a una obra maestra. La complejidad del ser humano, sus contradicciones, pero por encima de todo, el amor. Ese algo que nos rodea, que nos sorprende cuando menos lo esperamos, como la visita inesperada de un amigo que viene a despedirse, como el repentino abrazo del hijo distante, como la serena compañía de un perro solitario que cuida de su dueño.
Truman es eso y mucho más. La dureza del encuentro frente a esta nueva sociedad llena de gente que solo se comunica con el móvil, el miedo contra la frialdad de un presupuesto funerario, la reconciliación como antídoto a la amargura de una certeza médica.
Vida, amor y muerte que danzan, se esconden y vuelven, siempre vuelven. Dos personajes antagónicos, magistralmente dirigidos por Cesc Gay, hilan la trama de una historia que dura cuatro días, sin apenas tiempo para contar nada más, porque lo importante no está tanto en lo que se dice, sino en esos fantásticos silencios, en la complicidad de dos miradas que se hablan y se comprenden, sin pronunciar palabra, dejando al espectador como el cómplice necesario para rellenar lo espacios en blanco.
Las buenas películas no necesitan grandes fuegos de artificio, solo la cruda verdad que se transmite desde el primer minuto. El gesto adusto de Javier Cámara y esa especie de sufrida solemnidad que no abandona en ningún momento, el contrapunto necesario para terminar de armar la tragicomedia a la que somos arrojados, desde que nacemos. Después de ver la luz, todo lo que hacemos es repetir la ceremonia de la supervivencia, tratando de huir de lo que nadie puede evitar, un acto absurdamente heroico el que nos propone esta existencia. Al final, volvemos al principio y vuelta a empezar con el mismo bucle repetido. Distintas caras, otras sonrisas, algunas lágrimas.
 
Lo único que nos diferencia de los animales, no es la valentía, ni la generosidad, ni siquiera la conciencia de nosotros mismos. Lo que de verdad nos hace únicos, es nuestra infinita capacidad para soportar con humor la ausencia, el abandono y la soledad. Extraños seres que siguen empeñados en agarrarse a un pedacito de felicidad, aun sabiendo de su absoluta irrelevancia.

Artículo publicado en la edición digital del Diario La Opinión de Tenerife, el 27/02/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/02/27/truman/658541.html

18/2/16

Mariano, sé fuerte

"Te entiendo", le respondió el tyrannosaurus Rajoy a la ankylosaurus Aguirre, cuando ésta le comunicaba su dimisión. El pírrico pero demoledor mensaje, es un alarde del marianismo y otra asombrosa demostración de talante. Al presidente de la nada en funciones, deberían concederle el premio de microrrelato, tal es su capacidad de condensar en sólo dos palabras la insondable complejidad que no cabría en una espesa novela sobre corrupción.
dont-understand.jpg (480×320)Los cuatro años de la mayoría absoluta instalaron al Partido Popular en la constante negación de la evidencia. El mirar hacia otro lado, ponerse de perfil para no asumir responsabilidades, contestar a las preguntas con el manido recurso del "no me consta", o las defensas a ultranza de compañeros manifiestamente delincuentes - mientras no se probase su archiconocida culpabilidad - glosan el manual de actitudes orgullosamente zafias, con las que se han manejado ante la opinión pública. Y lo peor del caso es que personajes de esta calaña hayan ostentado puestos privilegiados, ejerciendo como representantes de un país, al que proclaman amar más que nadie. Los demás son lo malo, los que no hacen las cosas bien y como Dios manda. Pero ellos no, porque aunque la casa se esté cayendo a pedazos, Don Mariano sigue ahí, impertérrito, ajeno a lo que parece que ni siquiera es de su incumbencia, como si no fuese con él. Porque le molesta que le importunen, repantingado en el sillón viendo el fútbol, confundiendo el fuego que le cerca con la tranquila humareda que emana de su puro encendido. Si este hombre sin empatía ni simpatía es el que ha hablado en Europa y en el mundo por nosotros, que venga alguien y nos lo explique. A no ser que en realidad -permítanme el atrevimiento- no fuese más que un títere necesario, en manos de otros que operaban a su antojo desde fuera y desde dentro del partido. No sé que es peor y si todavía podría ser peor.
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Siguiendo aquel poema de Niemöller, cuando fueron a por Bárcenas, no dijiste nada porque no eras ese Luis. Cuando fueron a buscar a Rodrigo, guardaste silencio porque no te apellidas Rato. Cuando acusaron a Rita, no hiciste nada porque nunca saliste con Barberá. Cuando Esperanza te llamó, no contestaste porque no estabas allí. Cuando finalmente, vengan a por ti, no quedará nadie que te diga: Mariano, sé fuerte.


Artículo publicado en la edición digital del Diario La Opinión de Tenerife, el 18/02/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/02/18/mariano-fuerte/656656.html

11/2/16

El aire

Internet será como el aire, nos atravesará. La conexión permanente y gratuita a la red anticipa el nacimiento de un orden muy diferente al actual. Nuestro sistema está embarazado y las sucesivas tormentas financieras que se están produciendo, son las patadas que el inquieto bebé nos va propinando, envuelto en el medio líquido que conformará sus volátiles perfiles.
Pronto, todas las decisiones que preceden a nuestros actos, se habrán gestado y guardado en la nube. Nuestra vida ya nunca más será solo nuestra, porque estaremos compartiendo los datos personales y profesionales con el big data del conocimiento global. Nutrimos de contenidos al sistema y al hacerlo, estamos siendo nutridos a su vez de forma automática e interactiva, en una especie de continuo trueque. El oxígeno que inhalamos del tubo, contiene soluciones inmediatas. Internet es el cordón umbilical que nos mantiene alerta, que nos aporta las herramientas de trabajo, nos informa, nos entretiene y, en último término, confiere sentido a nuestra existencia. Imaginar la alternativa vital que representa el modo desconectado, se hace cada vez más difícil, casi imposible. Si cayeran las líneas de comunicación permanente, nos encontraríamos perdidos y sin referencias a las que agarrarnos.
Crítica-Black-Mirror-White-Christmas.jpg (900×506)El cambio de modelo económico, con el imparable intercambio de servicios entre particulares, es otro síntoma más de la debilidad de los sectores tradicionales, en una suerte de igualación. El fenómeno tecnológico democratiza el valor de cambio, estableciéndose un mercado sin apenas regulación, que elimina a los agentes intermediarios. Transformarse o desaparecer. Tendencias que generan un olvido instantáneo, borrados de memoria, interpretación sesgada de los acontecimientos, técnicas publicitarias utilizadas como una forma de manipulación de masas; flotan libremente creando adicción a la realidad espectáculo. Las imitaciones virtuales de las conductas humanas, son recreadas ante nuestros ojos, de tal modo que nos acostumbramos a la estética de la perfección artificial.
Nos alejamos del Yo físico y plagado de errores para adentrarnos en experiencias cuyo grado de optimización se mide en función de la eficiencia. La felicidad no se planteará como una emoción que se siente sin más, sino el conjunto de valores objetivos en un entorno favorable, que produce una sonrisa lógica en un momento predeterminado. Una copia de nuestro código genético estará registrada y a plena disposición, ante cualquier eventualidad y la red neuronal dejará de ser un misterio indescifrable. La sociedad se regirá por patrones y despreciará las creencias religiosas y las ideologías.
El aire net que consumiremos será una proyección en tres dimensiones del aire antiguo, del auténtico sabor de lo que era palpable, de la extraña energía provocada por un espontáneo beso imaginario.
Artículo publicado en la edición digital del Diario La Opinión de Tenerife, el 11/02/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/02/11/aire/655241.html

4/2/16

El Quijote

El Quijote, por Eric Puybaret
En un lugar del PSOE, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha muchas elecciones que vivía, un político de los de sonrisa abierta, planta de galán, feminista, y piernas de corredor. Un partido de más gallos que polluelos, tuiteos las más noches, congresos y traiciones los sábados, anuncios los viernes, y alguna declaración de añadidura los domingos; consumían las tres partes de su liderazgo. El resto lo ocupaban mítines en camisa clara, zapatos deportivos para las fiestas y calcetines a juego. Los días de entre semana se honraba con traje oscuro y corbata de lo más fina.
Tenía en el partido un ama sevillana, que pasaba de los cuarenta, y una oposición interna, que le quería a su manera. Y tenía un escudero, profesor universitario de campo y plaza, que lo mismo le endilgaba referéndums, que le organizaba a las mareas. Frisaba la edad de nuestro político, con los cuarenta y cinco años. Era de complexión atlética, verbo elegante, apolíneo de rostro y amigo de las izquierdas.

Quieren decir que tenía el sobrenombre de Pedro Quijada, o Quesada, que en esto hay alguna diferencia entre los periodistas que de esto escriben; aunque por tertulianos verosímiles, se deja entender que se llamaba Pedro Sánchez Quijana. Pero esto importa poco a nuestro gobierno: basta que en la investidura, no se salga un punto de la verdadera coalición centrista.

Es pues de saber, que este sobredicho político, los ratos que estaba dando ruedas de prensa, que eran los más del año, se daba a repetir que él iba muy en serio, con tanto esfuerzo y sacrificio, que olvidó casi de todo punto el parecer de los barones, aún confiando en las bases; y llegó a tanto su empecinamiento en esto, que vendió muchas promesas de su programa electoral, para comprar sillones y repartir ministros; y así habló con los soberanistas que pudo convencer; y de todos ellos, ninguno le hizo tanto caso como el famoso Puigdemont, porque la claridad de su catalán, y aquellos intrincados anticapitalistas suyos, le dialogaban de perlas; y más cuando se sentaban a negociar aquellas constituciones federalistas, donde en muchas comparecencias quedó dicho: la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra independencia.


Artículo publicado en la edición digital del Diario La Opinión de Tenerife, el 4/02/2016
http://www.laopinion.es/opinion/2016/02/04/quijote/653850.html