2/11/17

Gobierno Friki

Los frikis gobernarán el mundo. La frase no es inocente ni desencaminada. Frente a la existencia de estados que tratan de imponer su ordenamiento jurídico, disponemos de realidades alternativas que operan en los agujeros de la legalidad vigente. En la existencia virtual podemos crear un avatar de nosotros mismos y elegir el tipo de vida que deseamos, cambiar todo lo que se nos antoje en cualquier momento. Ese otro yo que experimenta la felicidad sin paliativos mientras interactúa con un entorno diseñado a placer. El poder del individuo consiste en apretar el botón que gestiona el juego de la vida, solo nos basta con personalizar las necesidades -lo que me gusta o rechazo- a nuestro perfil de usuario. Esto nos plantea una disyuntiva entre el actual sistema alienante, dominado por agentes económicos que utilizan los medios informativos y el marketing contra todo lo que somos capaces de construir desde una rebeldía subterránea. Y es que nada de lo que ocurre es fruto de la casualidad, ni siquiera los intentos pueriles de meternos en la cabeza ideas del pasado que hablan de repúblicas, monarquías constitucionales y democracias modernas. Son tendencias idénticas, aunque pretendan manifestarse como diferentes, porque tienen el objetivo común de tomar el control de los organismos políticos y educativos, para someternos al contrato gobierno-ciudadano. Nuestra sociedad está amenazada por estos actores del bien y del mal, marionetas desfasadas que provocan el aumento de la brecha social. La bolsa de precarizados agranda la distancia galáctica con una minoría elitista, favorecida por la globalización financiera, lo que facilita la apelación a las vías extremas. Las guerras sirven como antídoto eficaz ante los bloqueos de convivencia, pero si un grupo de frikis decide intervenir, nos encontraríamos con un modelo irreverente, un nuevo paradigma que daría sentido al sinsentido que acostumbramos comprar.

Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el 02/11/2017