18/8/16

Quemarlo todo

El embrujo milenario del fuego nos recuerda lo que somos. Al impulso conservador de la especie se opone el deseo primitivo de violar el equilibrio social. Destruir nuestro medio natural forma parte de una normalidad practicada durante siglos. Las personas que cometen estos actos de forma intencionada no son especialmente raras, y su conducta responde a una necesidad tan primitiva, como alimentarse.

El deseo inconfesable de aniquilación se suma a una larga lista de pulsiones que nos distinguen de los demás animales. La inteligencia superior, que demuestra su poder consumiendo casi todo lo que nace, crece y muere en este planeta, ensayo probeta del siguiente paso en la evolución.

La búsqueda del caos, del desastre purificador engendrado por las guerras y otras invenciones del hombre, se puede adivinar en la mente de quien comete una trastada de gran alcance. Entretanto, nos enredamos en complejas suposiciones para terminar aliviando la conciencia con respuestas automáticas. Actos terroristas, oscuros intereses de la especulación urbanística, y todo lo que se les ocurra.

Lo cierto es que hace mucho calor, la gente se aburre y, unos cuantos, aprovechan la oportunidad de poner en práctica la ruindad planificada, igual que niños jugando con mecheros o que ciertos importantes líderes locales, provinciales, nacionales o mundiales, insistiendo en quemar lo que ya está muy quemado.

Artículo publicado en la edición impresa del diario La Opinión de Tenerife, el domingo 18/08/2016.



7/8/16

En el nombre de Ciudadanos


globos-naranjas.jpg (264×264)El apellido Rivera suena a pintor mejicano, amante de una mujer hombre y de los colores vivos. Concretamente, el naranja representa la calidez e invita a la calma, no es demasiado intenso ni agresivo; no es ni el derecho ni el revés; ni frío ni calor, como el comodín que muda de piel si las circunstancias lo aconsejan. Su espíritu camaleónico atrae al mismo tiempo que repele. Ciudadanos, nombre genérico que simboliza la indignación burguesa, es un constructo ideado para situarse un poco a la izquierda y otro poco a la derecha, sin abandonar nunca Eldorado de una moderación centrista. El sesgo del neo nacionalismo español, surgido en la Cataluña del corazón partido, reflejo y detonante de una división histórica, común denominador de conflictos enraizados en las entrañas de la patria nunca querida, salvo cuando aparece el abrazo del entendimiento espontaneo en cualquier bar azaroso. La gastronomía, siendo un idioma universal, debería servir como imagen de marca para la política. Así, el nuevo logotipo de Ciudadanos sería la jugosa foto de unos huevos rotos con chorizo, la potencia del rojo sangre sacrificado entre toda esa destrucción semilíquida.


La única esperanza de los votantes desencantados del PP y del tyrannosaurus Rajoy, va perdiendo el extraño sentido de su existencia, a medida que se suceden las citas electorales. Quisieron tomar la iniciativa, marcar las pautas y los tiempos de las negociaciones, adelantarse a los demás, y todo por esa noble y familiar vocación de cambiar el país, aportando un aire de estabilidad. El líder joven y creíble con look tipo casual pijo, fruta fresca de la transición tranquila, vitamina C para las instituciones, la camisa mecánica bien planchada. La irrupción de una fuerza renovadora, que aseguraría la limpieza en las cloacas negras de todos los colores, que garantizaría la plasmación política de lo que se supone que habría que hacer en el nombre de los representados. 

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El licenciado Albert, feliz candidato a ser un personaje decisivo en el Juego de Tronos, se queda sentado mirando al horizonte esquivo, los músculos tiernos, el pensar inconsciente y una terrible duda sobre la cercanía de la jodida insignificancia.


Artículo publicado en la edición impresa del diario La Opinión de Tenerife, el 07/08/2016



4/8/16

Gobierno con mojito

El ataque comenzará en diez minutos. Epéra, vamo a pedí tiempo. Vale, chachi, pero debemo está consentrado. Eto los hasemo por la patria, por er futuro de nuestro hijo. Si, tiene rasó, un mojito a media y fumamo er úrtimo porrito ahí. Así taremo má relajado pal asarto. Toda la unidade tan avisada. Er chat revolusionario ta petado. Eta situació no pue seguí. No tienen derecho a teneno sin gobieno, así como si no pasara ná. Ya ta bien de político que solo miran por los uyo y por lo dello. Tomaremo er podé. Se van a enterá de la vo de la calle. Er pueblo verdadero está jarto ya. Oye, chacho, fuerte calufo hase. Igual podemo echano un bañito ahí, y luego haceno la cuenta atrá. Ños, chacho, toy emocioná.

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Gracias, señor, por Forges (nota para el autor del texto)

Lo' partido no sirve, ni nuevo ni viejo ni su p... madre, eso no no va a solusioná lo' problema. Epera chacho, hay musicona, ni que chiquito ambientaso, fuerte lote, montón de pibone ahí y tar. Ños,  e verdá mano, igual podemo retrasá er rrollo pa má tarde. ¡Chos! Si me oye la piba, mescacha la cabesa. Yo le conté que iba a salí pa la revolusió y se quedó media mosqueá. Fue como una movida así, de gorpe. La nota etaba con mi suegra y lo chiquillo. Lo único que sí me dijo fue a ver a qué hora iba a vorvé, que si ya había quedado otra ve  con lo colega, pa aparesé a la tanta, que mañana hay que levantase temprano pa llevá lo niño par playeto. ¡Ay mi madre! la mía no me dijo ná, etaba ahí con er movi to er rato palicando con lamiga, que iban a quedar y tar. Pero, vamo a ver, ¿lo der ataque no vasé una quedada como la der Pokemon ese de lo cojone? Que va, mano, ta toa la peña metida. Ya verá tú cuando sargamo por el yutube. Lo vamo a cogé deprevenido en plena vacasione. Er gobierno siudadano vallegá. ¡Chacho, pedimo otro mojito y vamo pallá!


Artículo publicado en la edición impresa del diario La Opinión de Tenerife, el 04/08/2016