3/11/16

Rodearse de uno mismo

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El espíritu beligerante de PODEMOS no termina de sentirse cómodo en el Congreso. En muy poco tiempo han pasado, del asamblearismo en círculos, a ocupar los escaños de la odiada "casta". No es fácil mirarte al espejo y reconocer que se te empieza a poner cara de diputado. Pero esta relativa anomalía se desarrolla dentro de otra mayor. Aún hoy, en lo que todavía llamamos España, cuando careces de tradición histórica te mueves en el territorio de lo inmaduro. El lenguaje de las barricadas tiene que cambiar por el de la real politik, un trago duro de digerir por quienes apenas se han asomado a los cenáculos del poder.

Es peligrosamente imposible estar fuera y dentro al mismo tiempo. El lenguaje irreverente es efectivo y efectista en calles y plazas, pero se convierte en intransigencia y autoritarismo escupido desde la tribuna de los oradores. Hay que superar las viejas rabietas de juventud y empezar a comportarse de otro modo porque, de lo contrario, corres el riesgo de convertirse en la sombra de un púgil tonto, triste caricatura del personaje que has creado y justificación perfecta para que te identifiquen con el caos. Lo peor de Rajoy no es Rajoy, sino que enfrente no haya nadie mejor, capaz de seducir y aglutinar, lo que se dice, un auténtico líder.

Resultado de imagen de fuera del circuloEl día que a Pablo Iglesias le griten "no nos representas" habremos llegado a la culminación de un proceso que comenzó oficialmente en 15 de mayo de 2011, aunque su verdadero origen haya que buscarlo en la caída del Muro de Berlín. Y esto no es otra cosa que el ocaso de las organizaciones políticas y de la democracia representativa. Encerrarse en uno mismo, cuestionando las reglas de juego que previamente has aceptado, es un clarísimo ejemplo de, hasta qué punto, la falta de alternativa real a la crisis del socialismo coincide con el desplome definitivo de los equilibrios que mantienen nuestra idea del Estado Nación. Las oligarquías clásicas, heredadas de La Transición, ya no se corresponden con la nueva estructura social tecno-individualizada. El pensamiento global acabará siendo administrado por entidades apolíticas. Las ideologías carecen de sentido con la disolución de derecha izquierda y centro, en un sistema monocolor.

En el actual contexto, PODEMOS comete el error de aplicar tácticas y estrategias del pleistoceno, rehuyendo su responsabilidad como actores del cambio. La vanidad los aleja de esa sociedad a la que tanto quieren salvar.

Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el 03/11/2016


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