26/10/17

Extraños en el escaparate

"la tercera vía" El grafiti de TvBoy frente al Palau de la Generalitat (Foto: diario ABC)
Alguien los puso ahí. Juntos el tiempo necesario antes de que sean retirados. No se miran, apenas se conocen, las pocas palabras que llegan son transmitidas por la clientela, que opina y discute sobre el uno y el otro. Que si es más alto o más bajo, que si los visten de aquella forma, que la mirada dice una cosa y el gesto demuestra lo contrario. Los comparan y se comparan, los miran y los admiran, a veces los odian desde la antipatía o desde una rabiosa envidia. Algunos quieren al uno más que al otro, incluso hay clientes que desearían verlos muertos, o encerrados para siempre en un trastero oscuro. Hay quien habla de hornos incineradores para cuando pase su momento de gloria, si dan la orden de que los desguacen, salvo en el caso de que sirvan como floreros. Uno hace pensar más en el dinero y el otro en la cultura, aunque esto comienza a confundirse, por la cantidad de clientes insatisfechos que no saben a qué atenerse. Todos quieren vivir bien, también soñar, tener ideas geniales, ganar fama y prestigio, seguir la línea que zigzaguea entre uno y otro. A veces, los clientes sienten que en realidad son más parecidos de lo que se imaginaban. al final acabarán los dos en el mismo sitio, quizás abrazados y entendiéndose de un modo profundo y sincero, algo imposible por tenerlo prohibido mientras se encontraban expuestos a la luz de los focos. Su piel es la misma piel, su existencia dudosa y la capacidad de liderazgo cuestionable, viendo a los equipos que los rodean frecuentemente recolocándolos, moviéndolos aquí o allá, acercándolos o alejándolos según el efecto deseado, cambiando el decorado dependiendo de la estación del año y de las necesidades egoístas de la clientela. Extraños en una soledad compartida y recíproca.

Artículo publicado en el diario La Opinión de Tenerife, el 26/10/2017.



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